Un año sin petróleo

De lo que sabemos que hacemos, pero que no queremos cambiar…

Un año sin petróleo

Prestige 6 años después. ¿Acontecimiento o catástrofe?

Como todo acontecimiento que se precie, el del Prestige fue un acontecimiento esperado. Pasó antes y volverá a pasar, porque el agente que lo causó sigue intacto: un sistema social que basa su gestión en la completa explotación de la totalidad de los recursos de la biosfera y en su poco sentido común. Aunque eso ya lo sabíamos.

Como todo acontecimiento fue también algo traumático para la gente que lo vivió, no sólo en Galiza. Y la desgracia siempre nos hace hablar por los codos. Lo que ya es más difícil es  que la gente llegue a transformar su perplejidad en una reflexión sobre su modo de vida, en primer lugar, y que tenga además la capacidad de trasladar sus ideas en una intervención social no violenta. Que sean capaces de articular un discurso social real. Nadie se lo ha pedido.

Sin embargo, lo más rescatable tras la retórica oficial fue la articulación de movimientos sociales a gran escala para dar salida a la respuesta de la sociedad. La Plataforma Nunca Máis fue el más visible de todos ellos, fundamental junto a la impresionante movilización de los voluntarios llegados de muy diversos lugares. Dinámicas impulsadas, es cierto, por los  sentimientos más que por la reflexión, pero es que la reflexión ha de venir antes.

Ante la emergencia de una respuesta inmediata estos acontecimientos sacan a la luz el vacío real en el que nos movemos ante el desinterés o la incapacidad de los políticos profesionales por los problemas fundamentales. Es ése el lugar que recupera la sociedad en determinados momentos. La furiosa reacción desde los lugares del poder fue un claro síntoma de la impotencia ante semejante osadía.

Aunque también es evidente que como el sistema sigue siendo el mismo, los que se encargan de generar el problema son también los que luego se encargan de gestionar su solución. Las catástrofes también son grandes oportunidades de negocio. Porque en el capitalismo es natural llamarle catástrofe a las consecuencias menos vistosas de nuestras actividades. Al igual que las guerras se han convertido en catástrofes humanitarias.

Escrito por Beatriz Rivela y Luz Baz (http://proxectoderriba.org)
para Diagonal // Del 30 de octubre al 12 de noviembre de 2008
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Oiligarchy

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Un juego, donde tienes que explotar todas las reservas de petróleo del planeta. Teniendo encuenta la demanda, los inversores, ecologistas y política exterior…

Oligarquía: Forma de gobierno donde el poder político de manera eficaz corresponde a una pequeña «élite» de la sociedad distinguido por la realeza, la riqueza, la familia, el poder militar o la hegemonía espiritual oculta. La palabra oligarquía está formada por las palabras griegas «pocos» (ὀλίγος oligos) y «norma» (ἀρχή Arkhe). Esos Estados son a menudo controlados por familias polítcamente poderosas cuyos hijos fueron en gran medida condicionados y orientados a ser herederos del poder.

Abramos los ojos y cosámonos los bolsillos

Estamos en ese momento que llevamos tiempo vaticinando, ese donde el petróleo, el bien más preciado de la industria global, empieza a escasear. Lo notamos porque nos pega directamente en la nariz, o mejor dicho en el bolsillo. Cuando de dinero se trata parece que la gente se moviliza, como llevamos viendo en los últimos días en nuestro país. Todos los medios de transporte se resienten de las subidas del crudo, con lo que piden a golpe de colapsos, subvenciones por parte del estado para poder subsanar las perdidas económicas, eso esta muy bien, si no sacas la nariz de la sopa que tienes delante, aquí intentamos ir un poco mas allá… ¿Realmente es una ventaja o un inconveniente?

Sabemos que existen energías alternativas, más baratas, más accesibles y menos contaminantes, sabemos que cuando se movilizan determinados grupos sociales hacen que un gobierno se espabile, y también sabemos, aunque no queramos ver, que el petróleo no es nuestro mayor problema…

Intentemos cambiar el enfoque, reorganicemos nuestras prioridades. Imaginemos una sociedad en el que la primera prioridad sea la vida, la conservación de la calidad de vida. Pongamonos entonces en la situación en la que nos encontramos ahora, los medios de transporte pagarían mas por contaminar más, no a la inversa, sería el petróleo la energía alternativa, por lo que el sustento económico estaría basado en energías no finitas y mas difíciles de monopolizar.

Volvamos a la sociedad actual, una sociedad que llega a matar por un líquido viscoso proveniente principalmente de la putrefacción vegetal, que es consciente que de una manera u otra acabará por utilizar esa energía alternativa, más barata, más accesible y menos contaminante, cuyo sustento económico dependerá de energías no finitas, pero que tendrán una rigurosa privatización.

La única diferencia entre la sociedad imaginaria y a la que nos vemos forzados a llegar, es el orden de prioridad, en nuestra sociedad el dinero esta por encima de todo lo demás, algo que todos aceptamos, pero de lo que realmente muy pocos se benefician. Si somos capaces de movilizarnos por unas cuantas migajas de la economía, que nos impide convertir un deseo en hecho…
Menos quejas por menudeces y mas movilización por lo que importa de verdad.

Menos manifestaciones y Más soluciones!!

Como anillo al dedo!!. Así me ha venido, el siguiente post. Resulta que esta tarde he tenido una conversación, con un amigo que trabaja en una fábrica de una prestigiosa marca de vehículos, resulta ser que han tenido parada la producción en planta (a Dios gracias!!) debido a una manifestación entre transportistas que distribuyen a la fábrica y que critican duramente la subida del gasoil y entre dimes y diretes…….., yo me pregunto;porque, no se toman medidas alternativas entre el colectivo, como son el impulsar ahora más que nunca la utilización del Biocombustible y de manera definitiva, puesto que la guerra del Oro Negro, no ha hecho más que comenzar y eso va a suponer muchas más concentraciones en otros colectivos, incluso entre usuarios de a pié!!

Al hilo de todo esto se podría declarar un paquete de medidas, que en época de crisís estan tan de moda, como son la subvención de vehículos industriales ecológicos a las empresas o que las faciliten bonos, para canjear por combustibles ecológicos y así, sus transportistas no verán mermada su jornada laboral, ní pondrán en riesgos su puestos de trabajo, al mismo tiempo que las empresas, no pararán su productividad y distribución con las consabidas pérdidas que les pueden acarrear.